1) Mujercitas

Louisa May Alcott

Editorial Ediciones LIbertador (256 páginas)

Lo elijo porque...

Leerlo a los 12 años es la edad correcta para quedar atrapada en las redes de la familia March. La inigualable Jo estuvo conmigo en mis actos de rebeldía adolescente mientras, casi sin entenderlo todavía, renegaba de la sumisión de Meg o de la superficialidad de Amy y salteaba las páginas con la muerte de Beth. Releerlo siendo adulta me permitió ver cuánto feminismo contiene.

Fragmento de “Mujercitas”

“Bien, queridas, ¿cómo os ha ido hoy? He tenido tanto trabajo preparando el envío de mañana que no he podido venir a comer. ¿Ha venido alguien, Beth? ¿Qué tal tu resfriado, Meg? Jo, pareces terriblemente cansada. Dame un beso, cariño. Mientras hacía estas preguntas maternales, la señora March se quitó las ropas mojadas, se puso las zapatillas calentitas, se sentó en el sillón y aupó a Amy en sus rodillas dispuesta a disfrutar de la mejor hora de aquel ocupado día”.

2) La mujer Rota

Simone de Beauvoir

Editorial Sudamericana (205 páginas)

Lo elijo porque...

Porque creo que todas somos o hemos sido esa mujer rota. Llevamos la culpa incrustada en nuestro ser porque así nos criaron. Y esa culpa muchas veces nos genera autodesprecio. Nos resulta tan difícil romper con los roles asignados por nuestra sociedad que llegamos a desconocer nuestra propia identidad. Esa es la mujer rota, la que esperan que seas.

Fragmento de “La mujer rota”

“Me desperté, era todavía de noche; sentía el peso de las tinieblas, estaba en un corredor, me internaba en él, se volvía cada vez más estrecho, yo respiraba apenas; muy pronto haría falta arrastrarse y me quedaría atrapada allí hasta expirar. Grité. Y me puse a llamarlo más dulcemente, en lágrimas. Todas las noches le llamo; no a él: al otro, al que me amaba. Y me pregunto si no preferiría que estuviera muerto. Me decía: la muerte es el único mal irreparable; si me dejara, me curaría...”.

3) Pulp

Charles Bukowski

Anagrama (200 páginas)

Lo elijo porque...

A buenas y primeras diría que Bukowski es como una droga… todos leímos en algún momento a este autor maldito. Me gusta su autenticidad, su estilo despiadado y sin tapujos, su sarcasmo. Lo leí en la juventud cuando salí al mundo dándome cuenta de que podía ser dueña de mí misma, pero también comprendí lo difícil que puede ser.

Fragmento de “Pulp”

“Simplemente me quedé allí sentado esperando. Unos diez minutos después sentí un hormigueo por todo el cuerpo. Fui capaz de mover la mano un poquito. Luego, otro poquito. Me llevé el vodka a los labios, conseguí inclinar la cabeza y me lo bebí todo. Puse el vaso en el suelo. Me estiré en la cama y esperé de nuevo a que me entrara el sueño. Oí un disparo en la calle y comprendí que en el mundo todo iba bien. A los cinco minutos estaba dormido. Como todos los demás”.